Una organización o una persona ha distribuido hoy ejemplares falsos del Washington Post asegurando a cinco columnas que Trump dejaba la Casa Blanca. Y no sólo había ejemplares impresos, ciertamente idénticos a una edición regular de este periódico, si no que además tenían una página web, respaldando esta falsedad. Es un ejemplo más, pero la preocupación crece y crece desde hace varios años.
Lo obvio lo descuidamos. Perder la compra de la semana es un despiste fastidioso. Perder marca es silencioso. Perder brillo o cuota de mercado por un olvido en la atención al cliente es esa puerta del congelador que, poco a poco, deshace su valor añadido. Vayamos a lo concreto en materia de despistes escuchados en compañías
Madrid, 30 de abril del 2018.- Imagínese el despido de un empleado. Una situación siempre incómoda. Pero hoy puede tener un “plus de peligrosidad”. Éste empleado disfruta de una eficiente… Leer más “Eso de las noticias falsas no lo tengo en mi empresa, las Fake News sólo las sufren las elecciones y los gobiernos” →
El periodismo de contraste de fuentes de información e investigación acabaría con las “Fake News” (Noticias Falsas) en unos minutos. Porque los medios de comunicación serían fiables y se habrían ganado la confianza de los consumidores. Las “Fake News” lanzadas fuera de estos medios de comunicación no serían fiables y serían descartadas en menos de lo que canta un tweet. Queridas redes sociales las noticias falsas no son responsabilidad de los medios de comunicación. Detrás de cada bulo sólo hay una persona, no un periódico, cadena de radio o televisión. Porque cuando un medio de comunicación miente desaparece. Cuando una persona miente digitalmente y se hace viral…tenemos que ponernos a temblar por las consecuencias. Aquí sufrimos hoy.
El mercado son conversaciones como proclama el Manifiesto Cluetrain. Hoy más que nunca, unas conversaciones que nacen en un smartphone y aterrizan en su cuenta de mensajería instantánea o en el teléfono de atención al cliente. Unas conversaciones que también se pueden desarrollar en su web corporativa, su hogar digital destinado a ganar dinero, por cierto. Hay compañías con un hogar digital desperdigado en numerosos “pisos”, piense lo que es mejor.
Vivimos una época de falsas noticias procedentes de colectivos que desean influir en decisiones de millones de personas. Diferenciar la veracidad de los hechos de la manipulación es cada vez más difícil. Y aquí los tradicionales medios de comunicación deberían jugar un papel más preponderante. Durante el pasado siglo fueron los guardianes de la realidad más cercana a la verdad y ahora…. los necesitamos más que nunca.
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